aliens
Historias espeluznantes

Una abducción en Wycliffe Well

¿Crees en la vida extraterrestre? ¿O piensas que los encuentros registrados son solo un invento de las mentes fantasiosas? Tal vez cambies de opinión luego de leer esta historia aterradora.

Abducidos en el desierto

Matt y Laura alquilaron una casa rodante, abandonaron su moderno departamento en Melbourne y se dispusieron a recorrer todo el territorio australiano.

Esa tarde de enero el calor fue el más bochornoso de todo el viaje.

—Deben de hacer por lo menos 40 grados, —dijo Matt, a quién le gustaba todo lo que tuviera que ver con números. Cuántos litros de gasolina consumía el vehículo, los kilómetros recorridos, y ahora parecía que también se había obsesionado con la temperatura.

Laura se limitó a abanicarse con la revista de modas que había comprado en la última estación de servicio. No solo sentía la piel caliente, su cerebro también estaba hirviendo.

El sol no tardó en ponerse rojo brillante, y las montañas rocosas, durante el día naranjas, se tiñeron de un tono violáceo. Estaban en el centro del país, en uno de los desiertos más extensos del mundo, donde el horizonte era infinito.

Los desiertos más grandes del mundo

—Para aquí. —le suplicó Laura de pronto.

Se decía que los atardeceres en ese lugar eran los más bonitos, y como el sol estaba a punto de esconderse, Laura quiso contemplarlo como es debido.

—Llegaremos tarde a Alice Springs, la dueña del hotel nos está esperando con la cena. —se quejó Matt.

—Será solamente un momento. —le prometió ella.

Era cierto, minutos después, la oscuridad era absoluta. La ruta no tenía lámparas y la única iluminación provenía de las estrellas.

Una vez de vuelta en la ruta, Matt debió confundir una salida en la Autopista Stuart porque luego de una hora no había señal alguna de civilización.

Cuando estaban a punto de empezar a preocuparse, el cartel de una estación de servicio apareció a lo lejos. El dependiente no era muy amable, seguramente cansado de recibir turistas perdidos. De todas formas, sacó un mapa e intentó ayudarlos.

—Estamos aquí, Wycliffe Well. Ustedes deberían haber doblado y tomado la primera ruta que salía a su derecha.

—Bien, es usted muy amable. —le dijo Matt y dirigiéndose a su novia: —Volveremos en dirección opuesta y en menos de dos horas estaremos sumergidos en el jacuzzi de nuestra habitación en Alice Springs, mi amor.

—No se los recomiendo. Deberían pasar la noche en el motel y retomar el viaje cuando amanezca. —dijo el hombre con tono misterioso. La pareja lo miró atónita. —¿Aún no saben dónde se encuentran, no?

—Sí, a 200 kilómetros de nuestro destino. —le respondió Matt con impaciencia.

El hombre negó con la cabeza y señaló un cartel arriba del mostrador que, acompañado por un simpático hombrecillo verde decía: “Wycliffe Well, capital nacional de la vida extraterrestre.” Laura y Matt, que no creían en historias de terror, rieron.

—Deberían tomarlo en serio. —insistió el hombre con el semblante imperturbable.

Matt estaba seguro de que eran leyendas urbanas, pero era cierto que había estado manejando durante horas y se sentía un poco cansado. Un rugido en el estómago fue lo que terminó de convencerlo.

—¿Hay algún lugar para comer algo por aquí?

—El único restaurante está a 300 metros.

En el lugar reinaba la penumbra y las paredes estaban empapeladas por recortes de periódicos con historias de avistaje de ovnis. Compartieron una hamburguesa con papas que no era muy buena, y mientras saboreaban sus cervezas se entretuvieron observando a los parroquianos. Todos, en su mayoría hombres, tenían un aspecto pálido y enfermizo.

—Si creyera en estas cosas, aseguraría que estos tipos son aliens. —dijo Matt ahogando una carcajada.

Cuando terminaron la cena echaron un vistazo al motel al otro lado de la ruta. Según el gasolinero, el único en kilómetros.

—Se ve sucio y abandonado, no me gusta. —sentenció Laura.

Matt era un poco más tolerante con la rusticidad, pero incluso él no se atrevería a alquilar una habitación en ese sitio.

—Mira, si me recuesto a dormir en la caravana, en un par de horas podemos salir y llegar a Alice Springs justo para el desayuno. ¿Qué te parece?

Laura no se opuso, y después de una siesta reparadora, salieron de nuevo a la ruta.

Apenas media hora más tarde, los cubrió una tenue claridad. La joven pareja pensó que se trataba de otro automóvil que se acercaba, pero para cuando vieron la luz cegadora que los apuntaba fue demasiado tarde.

Nunca se supo nada más de Matt y Laura. Sus familiares los buscaron por todo el desierto sin éxito, pero los habitantes de Wycliffe Well sabían que era en vano. Los jóvenes ya no se encontraban en este mundo.

Objeto Volador No Identificado

En el estado australiano conocido como Territorio del Norte existe un pequeño pueblo llamado Wycliffe Well. Lejos de toda civilización, su único atractivo turístico es que es considerada “la capital OVNI” de ese país. Incluso, algunos periódicos afirman que se encuentra en la quinta posición de ciudades con más avistamientos extraterrestres del mundo.

Todo comenzó en la Segunda Guerra Mundial cuando un grupo de militares que se alojaban en Wycliffe Well confeccionaron un cuaderno que recopilaba minuciosamente el avistaje nocturno de cada objeto luminoso no reconocido. El manuscrito, sin embargo, fue robado en la década del ‘90.

Desde entonces, personas de todo el mundo visitan el lugar con la esperanza de desentrañar uno de los mayores misterios: ¿existe la vida interplanetaria?

Estas son las mejores ciudades del mundo para visitar si quieres tener un encuentro del tercer tipo:

  • Montserrat, Cataluña
  • Capilla del Monte, Argentina
  • Roswell, Nuevo México
  • Stonehenge, Inglaterra
  • Extraterrestrial Highway, Nevada
  • Wycliffe Well, Australia